Historias que Inspiran

Lo que aprenden los espectadores cuando ven a gente con discapacidades en Hollywood

ThinkstockPhotos-515321498-1280x427

Por Daniel Smrokowski

Es el momento de celebrar las vidas de los que han sido diagnosticados con síndrome de Down. Es el momento de celebrar la aceptación y la inclusión de las personas con necesidades especiales. En los medios de comunicación, ya sea en películas, televisión, radio o podcast, no se suele ver a gente con síndrome de Down, y normalmente no se representan de una forma positiva. Últimamente, sin embargo, la inclusión de las personas con síndrome de Down en los medios de comunicación está empezando a cambiar para bien.

Hace un año, tuve la oportunidad de ver la premiada película  estilo documental Kelly’s Hollywood. Su productor fue Brian Donovan, un director de Los Ángeles. Describe la íntima, sincera y cruda historia de la misión de un hermano para ayudar a su hermana con necesidades especiales a conseguir su sueño de convertirse en una superestrella de Hollywood. La misión de Brian toma un giro inesperado cuando empieza a poner en peligro su compromiso con su prometida. Kelly empieza a estar cada vez más y más celosa de la prometida de Brian, y su salud empieza a empeorar. Entonces Brian se ve obligado a enfrentarse a los problemas de codependencia de su hermana. Brian se esfuerza por encontrar un equilibrio entre conseguir el sueño de Kelly de actuar en Hollywood y su propio sueño de casarse. Los espectadores aprenden que todo es posible. Todo puede serlo.

Read More

Como la educación inclusiva para nuestro hijo con síndrome de Down nos está sanando

Rukai-and-Santa-TM-landscape-1280x427

Por:  Maxine Sinda Napal

De la misma forma en que el hielo se pega al parabrisas de tu coche en invierno, la negatividad puede tener la facilidad de adherirse a ti, tanto lo quieras como si no, si pasas una excesiva cantidad de tiempo rodeado de ella. Durante los tres primeros años de vida de nuestro hijo Rukai (y, precediendo esos tres primeros, el tiempo en el útero) y con todas las conjeturas médicas y los encasillamientos a los que nos estábamos enfrentando, había poca cosa que no llenara mi corazón de tristeza y que no revolviera mis pensamientos con preocupación. Ese miedo, esa negatividad, era como hiedra descuidada, y como tal nos llevó a descuidarnos como padres. Un estado mental precario, incluso una peor visión y, demasiado a menudo, una falta de perspectiva.

Es muy difícil usar la visión periférica desde dentro de un abismo.

Mientras que algunas partes de la sociedad te habrían hecho creer que es nuestro hijo, nacido con síndrome de Down, el que estuvo sufriendo todos estos años, en realidad éramos nosotros, sus padres, angustiados, no por Rukai, él era una alegría, sino por tener que esquivar a la sociedad y a la mala medicina, que marginaba continuamente a nuestro querido hijo. En todas las conversaciones que se centraban en el «qué no puede hacer», nosotros siempre contestábamos «pues claro que puede, cállate y míralo».

Es agotador tener que luchar todo el tiempo. Y terrible que en algún momento acabas por caer de verdad y acostumbrarte al desafío. Como un disco rayado, encuentras una especie de mantra que explica por qué las estadísticas no definen una vida. Llegamos a algo como:

Una historia que aún no se ha escrito no se puede contar, sobre todo una que no te pertenece.

Read More

Como la inclusión diaria cambia el juego

DSC2652-1280x427

Por Daniel Smrokowski

En octubre celebramos el Mes de la Concientización sobre el Síndrome de Down, un momento para aprender a ver este síndrome y otras discapacidades intelectuales como un regalo. Un momento para centrarnos en las capacidades individuales. Un momento donde educamos a nuestras comunidades sobre como aceptar e integrar a aquellos con necesidades especiales.

A modo de ejemplo, está el caso de mis nuevas amigas Erin Compton, de 10 años, de Clarendon Hills; Becky Cavanagh, de 10 años, de Clarendon Hills; y Callie Devine, de 9 años, de Westmont. Erin y Becky son niñas, al igual que su amiga Callie o cualquier otro niño en edad de desarrollo. La cualidad que hace que Erin y Becky sean diferentes de Callie es que las dos nacieron con síndrome de Down.

Un buen grupo de amigos es uno que se construye a partir de la inclusión y donde la aceptación es el núcleo de la amistad. Cuando las tres niñas están juntas le demuestran al mundo cómo aceptar a otros por sus propias capacidades individuales.

Read More

Casey Rochell, el DJ con síndrome de Down que convierte frases ofensivas en mensajes positivos

 

1600x700caseypng

Escrito por: Jordan Davidson

Casey Rochell, un DJ del Reino Unido, está usando su habilidad con las mezclas para convertir mensajes negativos sobre las personas con síndrome de Down en algo positivo.

Rochell, de 23 años, ha mezclado la frase que el ético Joseph Fletcher pronunció en 1968: “No hay que sentirse culpable por rechazar a un niño con síndrome de Down. La verdadera culpa solo puede surgir de una ofensa hacia una persona y alguien con Down no es una persona”.

¿Cuál es el mensaje de Rochell? En su remix se puede escuchar “alguien con Down es una persona, una persona”.

Rochell contó a The Huddersfield Daily Examiner que mucha gente no se espera que mezcle música, pero que lleva mucho tiempo haciéndolo. “Quiero que mi video cambie la manera de pensar de la gente sobre la discapacidad cognitiva”, dijo.

Unos 6.5 millones de personas en los Estados Unidos y 1.7 millones en el Reino Unido tienen una discapacidad cognitiva o intelectual. Tener una de estas discapacidades no hace a nadie menos persona, las personas con discapacidades intelectuales o cognitivas pueden llevar una vida productiva y con éxito.

La canción forma parte de la campaña benéfica Here I Am llevada a cabo por Mencap en el Reino Unido, cuyo propósito es dar visibilidad a las discapacidades cognitivas. La campaña también presenta una serie fotográfica de personas con discapacidades cognitivas.

Puedes ver el remix que Rochell hizo de la cita de Fletcher aquí  Here I am: Understand Me

Artículo originalmente publicado en inglés Casey Rochell, DJ With Down Syndrome, Turns Offensive Quote Into Positive Message en The Mighty.

 

Traducción al español dentro del proyecto PerMondo para la traducción gratuita de páginas web y documentos para ONG y asociaciones sin ánimo de lucro. Proyecto dirigido por Mondo Agit. Traductora: Tamara Cortés Gil ; Revisor: David Naranjo Ramírez

Mi hermano con síndrome de Down me inspira a hablar

daniel-zellis-1-001-640x213

Escrito por: Daniel Zellis

El olor a hierba recién cortada impregnaba el aire. Las luces en  la cancha dieron vida a la noche de primavera. La risa de los adolescentes bastaba para hacer sonreír a cualquiera. Llevábamos dos horas jugando al baloncesto al aire libre y no parecía que fuésemos a parar. Hasta que un amigo soltó un comentario estúpido sin ningún signo de remordimiento.

¿Cómo has fallado ese tiro? ¿Es que tienes Down?

En ese momento, me enfurecí. Sentí como si me hubieran pegado un puñetazo en el estómago y mi amigo no tenía ni idea de por qué.

Yo tenía 4 años cuando mi hermano, Chaim, nació. La primera vez que lo vi, percibí sus ojos rasgados y su pequeña nariz. Chaim tiene síndrome de Down, lo que quiere decir que tiene un cromosoma de más.

No tardé mucho en darme cuenta de que Chaim desprende una energía especial. Ya sea esa maravillosa habilidad para cantar canciones preciosas a mis abuelos, su amor por el deporte o su risa contagiosa. Mi hermano tiene un don especial para iluminar la habitación.

Mi madre tiene como meta asegurarse de que mi hermano tenga una vida tan normal como la de cualquier otro niño. Fue el primer niño con síndrome de Down en ser completamente admitido en el colegio del barrio. Ha sido el centro de la vida de mi madre desde que vino al mundo y yo doy gracias por ello cada día.

Los conflictos sociales son inevitables. Sus diferencias físicas hacen que algunos compañeros de clase le griten para que no se les acerque. Pero los niños son niños y son incapaces de aceptar a cualquiera que sea diferente.

Exploté de rabia cuando mi amigo dijo: «¿Es que tienes Down?». ¿Esto es lo que Chaim va a tener que aguantar el resto de su vida? Por eso actué. Por eso le grité. Por eso llamé a mi amigo ignorante. La imagen de mi hermano caminando indefenso por el colegio mientras la gente murmura comentarios de ese estilo a su paso es lo que me enfurece.

Si la gente es demasiado ignorante para ver la luz que alguien como Chaim arroja a sus vidas, ellos se lo pierden. Eso es lo que me llevó a gritar.

La devoción que siento por mi hermano ha provocado que ahora sea incapaz de seguir siendo un espectador.

 

Artículo originalmente publicado en inglés My Brother With Down Syndrome Inspires Me to Speak Out en  The Mighty

Traducción al español dentro del proyecto PerMondo para la traducción gratuita de páginas web y documentos para ONG y asociaciones sin ánimo de lucro. Proyecto dirigido por Mondo Agit. Traductora: Tamara Cortés Gil ; Revisor: David Naranjo Ramírez

Amo quien soy, y amo mi vida

melissasilverman-photo

Mi nombre es Melissa Silverman y tengo 34 años de edad. A través de los años, he estado involucrada en diferentes programas,  como el Girl’s Club,  el proyecto de  Brightside, participé como atleta en los Juegos Olímpicos Especiales en los deportes de natación y fútbol,​​ también hice parte del Jewish Big Brothers and Sisters, he asistido en varias ocasiones a la Convención Anual del National Down Syndrome Congress, fuí miembro de la junta directiva del NDSC por 3 años, he sido invitada como oradora a varios eventos para hablar en público sobre la auto-gestión, y  he asistido al programa Live Up para adultos con síndrome de Down.

Recientemente me he unido al programa Best Buddies través de la Universidad de Towson. El programa además de ser divertido, ofrece varias actividades  educativas para nosotros y la comunidad. El año pasado ayudé a un representante de  la Universidad Técnica en  educar a los estudiantes sobre “Difundir el mensaje  para poner fin a la Palabra.” Me gustó mucho ser parte de esta actividad. Mi mejor amiga, Krista, es una muy buen amiga mía ahora. Vamos a cenar,  al cine, y pasamos el fin de semana juntas. Nos reímos y la pasamos bien! Me encanta lo que soy, y me encanta mi vida.

Sobre el autor: Melissa Silverman se graduó de la Escuela Secundaria Franklin en 2001. Ella asistió al programa Single Step en  CCBC Dundalk, donde recibió su certificación de 90 horas en cuidado de niños (2001-2003). Por 9 años trabajo como maestra auxiliar en el Centro de Desarrollo Infantil Milford Mill,  y en la actualidad trabaja en el escuela elemental  Franklin.

Artículo originalmente publicado en inglés: I LOVE WHO I AM, AND I LOVE MY LIFE. (Octubre 27, 2016).  Chesapeake Down Syndrome Parent Group, Inc.

Concientización sobre el Síndrome de Down

Sepa más acerca de este síndrome y acerca de Keaton, un niño que lo tiene y quien tiene un efecto positivo en quienes lo rodean.

sindromedown_456px

Cada año, cerca de 6000 bebés nacen en los Estados Unidos con el síndrome de Down, que es la afección cromosómica diagnosticada con más frecuencia en recién nacidos en este país. Su ocurrencia varía entre diferentes razas y grupos étnicos 2, 3.  Sepa más acerca de esta afección y acerca de Keaton, un niño que la tiene y quien tiene un efecto positivo en todos aquellos que lo rodean.

Síndrome de Down

El síndrome de Down es una afección en la que la persona tiene un cromosoma* extra. Los cromosomas son pequeños “paquetes” de genes en cada célula del organismo. Los genes son las instrucciones que las células utilizan para determinar cómo se forma y crece el cuerpo de un bebé durante su gestación, y cómo va a funcionar después de su nacimiento. Por lo general, los bebés nacen con un par o dos copias de cada cromosoma que suman un total de 46. Los bebés con síndrome de Down tienen una copia extra de uno de estos cromosomas, el cromosoma 21, y por  esta razón el síndrome también se conoce como trisomía 21 (3 copias del cromosoma 21). El cromosoma extra cambia la manera en que el cuerpo y cerebro del bebé se desarrollan, lo que puede causar tanto problemas mentales como físicos.

Aun cuando las personas con síndrome de Down pueden actuar y verse de manera similar, cada una tiene capacidades diferentes.
El síndrome de Down sigue siendo la afección cromosómica diagnosticada con más frecuencia en recién nacidos en los Estados Unidos, en donde alrededor de 6000 bebés nacen cada año con este síndrome. Esto significa que ocurre en aproximadamente 1 de cada 700 bebés 1. Un estudio reciente encontró que la ocurrencia del síndrome de Down en los Estados Unidos varía entre los diferentes grupos étnicos y razas 2, 3.  Los CDC lo invitan a aprender más acerca de esta afección y de las capacidades de las personas que la tienen.

La historia de Keaton

Imagen de Keaton, un niño que vive con síndrome de Down
“Cada etapa de la vida de Keaton ha traído nuevos retos y Dios nos ha dado la sabiduría para superar cada uno. A medida que entramos suavemente en su adolescencia se nos presenta una nueva serie de preguntas y esta mamá se ve forzada a pensar una vez más en cómo sobrevivirá cuando el nido le quede vacío. Me tengo que decir que si hemos llegado hasta este punto, Dios nos ayudará a superar lo demás”. 
– Mamá de Keaton

 

Ambos padres de Keaton tenían 40 años y tenían tres hijas adolescentes cuando decidieron tener otro hijo. Cuando Keaton nació, no mostró los signos típicos de un bebé con el síndrome de Down. “Las parteras y un médico de la familia nos aseguraron que no teníamos nada de qué preocuparnos, porque Keaton tenía buen  tono muscular, un llanto fuerte y no tenía el pliegue único en la palma de la mano que tienen la mayoría de los bebés con el síndrome de Down”, dice la mamá de Keaton. Todos los niños con este síndrome son distintos. A Keaton se le diagnosticó a los siete meses mediante una prueba de sangre.

Antes de que cumpliera dos años, se le tuvo que hacer una operación a corazón abierto para reparar un defecto septal atrioventricular (comunicación interventricular) parcial. Los padres de Keaton estaban preocupados de que tuviera dificultades con el desarrollo a medida que creciera. Sin embargo, Keaton ya tiene 15 años y entretiene a todo el mundo con su baile y canto. Todos los años interpreta el himno nacional de los Estados Unidos durante el recital de su escuela. También lo canta cada vez que lo invitan a cantar, ya sea a una reunión de la junta escolar o a un partido de voleibol de la escuela secundaria superior. Dirá que es una estrella de rock. Según su madre, “Keaton es más feliz cuando está haciendo feliz a otra persona al ayudarla o servirla”.

Los CDC le quieren agradecer a Keaton y a su familia por compartir esta historia personal.

Actividades de los CDC

El Centro Nacional de Defectos Congénitos y Discapacidades del Desarrollo (NCBDDD) de los CDC trabaja con socios para saber más acerca del síndrome de Down mediante el seguimiento e investigaciones para mejorar las vidas de las personas que tienen este síndrome y sus familias.

  • Seguimiento: Hacer seguimiento de dónde y cuándo nacieron y en dónde viven las personas con síndrome de Down nos da pistas importantes acerca de las oportunidades para mejorar los desenlaces para las familias afectadas y ayudar a planear los servicios que necesitarán.
  • Investigaciones: Para entender cómo el síndrome de Down impacta a los niños afectados y a sus familias, los CDC y sus socios realizan estudios sobre los servicios de salud que usan las personas con este síndrome, su supervivencia y otras afecciones que podrían tener (p. ej., autismo o la enfermedad de Alzheimer).
  • Cómo mejorar la vida de las personas con el síndrome de Down: Los CDC proporcionan fondos para el avance de Brighter Tomorrows,* una iniciativa para educar a proveedores de atención médica sobre cómo orientar a las familias que reciben un diagnóstico de síndrome de Down. Además, los CDC trabajaron con socios para crear el folleto “Su bebé y el síndrome de Down” que tiene información valiosa para que los proveedores de atención médica entreguen a los padres del recién nacido.

 

Artículo tomado de:  Los Especiales del CDC (Octubre 5, 2015).  Concientización sobre el Síndrome de Down. 

Un luchador del instituto Norton ayuda a cumplir un sueño.

Deven Schuko era invencible.

Un campeón de lucha libre de secundaria deja de ser invencible  para cumplir el sueño de otro luchador.

“Él quería un combate y yo quería enfrentarme con él,” dijo Deven Schuko.

 Un combate de lucha libre de un instituto local se convierte en viral gracias al enorme corazón de un atleta.

El luchador de secundaria del instituto Norton, Deven Schuko, es invencible —o al menos lo era—, hasta el fin de semana que se enfrentó a Andy Howland, una leyenda del instituto Dighton-Rehoboth.

“Cuando suceden cosas como esta y un gran chico como lo es Deven da un paso adelante y se ofrece a luchar con Andy Howland, este está dispuesto a pelear,” dijo Doug Kelley director del instituto Dighton-Rehoboth.

“Deven Schuko es un chico ejemplar” dijo el entrenador de lucha libre del instituto Norton, Pat Coleman.

Además de estar en lo más altos niveles de competencia  como luchador, Schuko es también co-capitán del equipo y es de sobra conocida su capacidad de liderazgo, de modo que cuando Andy Howlandle propuso competir no lo pensó dos veces.

“Me enseñó algunos buenos movimientos” dijo Schuko. “Es fuerte, es un chico duro.”

En realidad todo sucedió de manera natural, sin mayor alboroto, pero un padre que estaba atento comenzó a grabar el combate, consciente de que sería algo digno de recordar.

“Deven muestra respeto por cualquier luchador, como lo es Andy, y creo que ha demostrado que nunca está mal hacer lo correcto,” dijo Coleman.

“Si tuviera que perder contra alguien, elegiría perder contra Andy,” dijo Schuko. “Para mí ha sido toda una experiencia en la que todos salimos ganando. El ganó y yo gané.”

Ver video en:  Norton High School wrestler allows for dream win

Traducción de inglés a español dentro del proyecto PerMondo para la traducción gratuita de páginas web y documentos para ONG y asociaciones sin ánimo de lucro. Proyecto dirigido por Mondo Agit. Traductora: María Carolina Aguirre Jordán. Revisora: Beatriz Fuente Coronel

 

 

Un hermano tenía síndrome de Down, el otro no. Ambos se graduaron y ahora irán a la universidad.

Graduation

Madison Essig asistió a dos bailes en su último año de secundaria. Uno de ellos fue el tradicional baile de graduación de su colegio, al que invitó con magdalenas a un estudiante de penúltimo año. Llevó un vestido sin mangas negro y zapatos de tacón que la hacían unos centímetros más alta.

Antes de ese baile, hubo otro de la asociación sin ánimo de lucro Best Buddies (Mejores Amigos) en la Región Capital, cuyo fin era reunir a adolescentes con discapacidades intelectuales o del desarrollo con otros adolescentes de la región de Washington.

Essig, de 19 años, tiene síndrome de Down y estudió en el colegio Woodrow Wilson del noroeste de Washington. Ya en los pasillos de su escuela, se convirtió en una defensora de las personas con discapacidad y, desde que la conocieron, muchos de sus amigos se han involucrado en organizaciones sin ánimo de lucro. Una tarde de mayo, unos 50 compañeros de clase fueron juntos en bus a la biblioteca Carnegie cerca del centro de la ciudad – una noche que tanto a ella como a algunos de sus amigos les pareció más divertida que el propio baile de graduación de la escuela.

Essig se graduó un martes del bachiller, junto a más de 400 compañeros, entre los que estaba su hermano de 17 años. Según funcionarios del sistema educativo, se cree que Essig es una de las primeras personas con síndrome de Down que se gradúa en con un diploma estándar desde que los colegios públicos del D.C. empezaron a mantener registros digitales en 1996.

Fue todo un logro ya que, además, Essig cursó la mayoría de las asignaturas en clases convencionales sin ninguna ayuda. Otras asignaturas – como geometría – las cursó en una clase con un profesor de educación especial, aunque siguió el currículo y volumen de trabajo estándar.

G2
Madison Essig se gradúa en el colegio Wilson con la clase de 2016 en el American University’s Bender Arena como una de las primeras personas con síndrome de Down en graduarse con un diploma estándar y no un certificado.(Katherine Frey/The Washington Post).

 

 

Se graduó con una nota media de A-menos y ahora está lista para el siguiente desafío: la universidad. Asistirá al programa Aprendizaje en los Entornos del Futuro (LIFE) de la universidad George Mason, que está diseñado para estudiantes con discapacidades intelectuales.

La “discapacidad” de Essig no le ha impedido tener éxito fuera o dentro del aula. Además de una excelente trayectoria académica, Essig consiguió construir una rica vida social.

“Es mucho más popular que yo”, dijo su hermano Zach, y añadió que Madison solía llegar a casa hablando sobre un nuevo amigo que había hecho ese día. “Su alegría es contagiosa”.

“Sí, tengo muchos más amigos que mi hermano”, dijo ella.

Cuando nació Essig, los médicos les dijeron a sus padres que podría caminar, pero que quizá nunca aprendería a leer o a escribir. No obstante, ellos estaban decididos a proporcionarle las mismas oportunidades que a los demás niños. Enseguida vieron que Madison tenía la ética de trabajo necesaria para aprovechar al máximo esas oportunidades.

“Simplemente, nunca se rinde”, dijo su madre, Kimberly Templeton.

Essig ha estado en clases convencionales desde la escuela primaria en Roanoke. En tercero de primaria, Templeton hizo que la retrasaran un curso porque estaba teniendo problemas de integración social y quería que su hija estuviera en el mismo curso que Zach y su hermana gemela. La familia se mudó al Distrito cuando los niños eran estudiantes de segundo año y Templeton consiguió que admitieran a Madison en las clases convencionales del Wilson.

Las personas con síndrome de Down suelen aprender más despacio y puede resultarles difícil aprender aspectos conceptuales u abstractos. Essig siempre dice en clase cuando no entiende algo o necesita ayuda. Quiere sacarse una carrera de cuatro años y convertirse en una defensora profesional de las personas con discapacidades.

“Nos abrió la mente en cuanto a lo que es posible”, dijo el director del Wilson, Kimberly Martin. “No deberíamos conformarnos con alcanzar un nivel mínimo. Deberíamos animar a todos nuestros alumnos, sin tener en cuenta sus ‘etiquetas’, a dar lo mejor de sí mismos”.

Erin Doherty, una estudiante de último año que se gradúa en el Wilson, dijo que nunca había conocido a nadie de su edad con discapacidades intelectuales antes de conocer a Essig. Las dos se hicieron amigas rápidamente y ahora Doherty preside la sección Best Buddies (Mejores Amigos).

“En cuanto la conocí, vi que era tan divertida”, dijo Doherty. “No todos los estudiantes del colegio pueden conocer a alguien como Madison”.

Zach, que acudirá a la universidad de Tufts en otoño, y otros compañeros lideraron una campaña para que los estudiantes dejaran de utilizar términos ofensivos para referirse a personas con discapacidades intelectuales. Los estudiantes tuvieron una asamblea, en la que Essig explicó por qué los insultos hacen tanto daño.

“He visto cómo los niños populares de este centro cambiaban durante estos tres años con solo estar en contacto con Madison”, dijo Templeton. “Puedo asegurar que son mejores personas – tienen más empatía, son más comprensivos, son más pacientes”.

Para Essig lo mejor del colegio fue estar junto a su hermano.

“Ha sido genial”, dijo. “Me ha ayudado mucho”.

Y su hermano estaba asombrado al ver que su hermana asistía al baile de graduación y se graduaba al mismo tiempo que él.

“Puede que tenga síndrome de Down, pero aun así puede ir a bailes, ir a clase y graduarse”, dijo. “Ha demostrado a mucha gente que tener una discapacidad no tiene por qué detenerte”.

 

Artículo original publicado en inglés por Perry Stein en The Washington Post 

 

Agradecimientos: 

Traducción al español dentro del proyecto PerMondo para la traducción gratuita de páginas web y documentos para ONG y asociaciones sin ánimo de lucro. Proyecto dirigido por Mondo Agit. Traductora: Clara Gorría Lázaro. Revisora: Danel Ocio Esparza.

 

 

Promoción 2016

Llegó lahope-and-tiger1 graduación… ¡Lo logró!

Hope se ganó su anillo, su diploma y ahora es una alumna graduada. ¡Hurra!

¡Y nosotros tendremos un aumento! —o algo así—.

Este fue un momento de nostalgia. No podía creer que sus cuatro años como alumna en Clemson ya estén llegando a su fin.

Mi semana de graduación comenzó visitando a la mamá de una niña recién nacida con síndrome de Down. ¡Dios es tan bueno! Me permitió tener en mis brazos a esa hermosa niña recién nacida y hacer un viaje en el tiempo. Al sostenerla me di cuenta de cuán lejos llegó Hope, recordé los miedos que tuve apenas nació… temía de que no tuviese amigos, de que se burlarían de ella, de que nunca podría hablar, de que nunca conseguiría un trabajo y de que tuviese la autoestima baja.

Seguramente hice emocionar a esta nueva mamá porque cuando le estaba contando sobre todas las experiencias geniales por las que Hope estaba pasando en la facultad, estallé de felicidad. Y no puedo dejar de pensar que esta nueva bebé tendrá incluso mejores oportunidades  cuando tenga la edad de Hope.

El día de la graduación, los 4 graduados dieron sus discursos con mucha seguridad y entusiasmo —sus vidas cambiaron completamente gracias a su paso por la facultad—.

¿Qué hubiese pasado si nosotros, como padres, hubiésemos dejado que nuestros miedos le cambien el destino a sus vidas?

 

¿Qué hubiese pasado si no les hubiéramos soltado sus manos para que puedan tener la experiencia del “próximo paso”? Su camino y su futuro serían muy diferentes.

 

En Clemson, los 4 empezaron a crear su historia académica y laboral. Ahora son miembros contribuyentes de nuestra sociedad; solo necesitamos que los demás crean en ellos.

¿Qué sigue? Tres de los graduados permanecerán en Clemson. Allí trabajarán para la comunidad, disfrutarán de sus amistades más cercanas y guiarán a los nuevos estudiantes de ClemsonLIFE. Hope regresará a Clemson durante el otoño. Su vida habrá cambiado un poco para el año próximo. No más clases, solo trabajo y actividades voluntarias. Ya no estará acompañada, pero seguirá siendo parte de la comunidad que los unió, los ama y protege, y tiene la visión de rayos x de “Mamá Osa”. Hay algo especial en Tiger Town —hasta mi marido gruñón se da cuenta—.

La graduación es un momento de gratitud y celebración —damos las gracias a todos los que fueron partícipes del viaje de nuestros hijos: parientes, amigos, profesores y voluntarios—. Como padres, no podemos hacerlo solos. La semana pasada, durante el almuerzo de graduación, le dije a nuestros parientes lejanos cuanto valoro todo lo que hicieron por Hope desde su nacimiento. Después les dije rápidamente, “¡Pero no se vayan todavía porque esto recién comienza!”.

No te pierdas de las aventuras de la Diva después de la facultad…

hope-grad3

Hope y su hermano Davis

¡Gracias Universidad Clemson, y arriba los Tigres.

 

Artículo publicado en el blog Spreading a Little Hope,  Class of 2016

 

Agradecimientos:  

Traducción al español dentro del proyecto PerMondo para la traducción gratuita de páginas web y documentos para ONG y asociaciones sin ánimo de lucro. Proyecto dirigido por Mondo Agit. Traductor: Martin Cinalli. Revisora: Melisa Laura Díaz.