Premio para la unidad de investigación dedicada a la visión en personas con síndrome de Down de la Universidad de Cardiff

Owain Clarke

Corresponsal de salud para BBC Wales

30 de noviembre de 2017

Evie es una niña de ocho años con síndrome de Down que tenía que esforzarse para escribir hasta las letras del abecedario.

Sin embargo, gracias a una investigación pionera llevada a cabo por la Universidad de Cardiff se le prescribieron unas lentes bifocales y, poco después, fue capaz de escribir su nombre por primera vez.

Ahora el trabajo ha sido galardonado con el Queen’s Anniversary Prize.

 

 

Por regla general, el 6% de los niños de la edad de Evie serán hipermétropes o miopes; para los niños con síndrome de Down esta proporción se dispara a un 60%.

Hasta la creación de un departamento especializado en la Facultad de Optometría en la universidad hace 25 años, se sabía muy poco acerca de los efectos.

Sin embargo, desde entonces sus investigadores son líderes en el desarrollo de nuevas maneras de ayudar a los niños a ver mejor.

La doctora Maggie Woodhouse dijo que «uno de los principales problemas que suelen tener los niños con síndrome de Down es la dificultad para enfocar de cerca».

«Aun cuando su vista se corrige con el uso de gafas, muchos de ellos siguen teniendo problemas para ver bien sus deberes».

 

«Como tienen dificultades en el aprendizaje, no es fácil para los padres o para los profesores reconocer cuándo esa dificultad se debe a que no ven como deberían».

«No obstante, si logras que vean con claridad, pueden aprender más fácilmente de lo que uno piensa».

La doctora Woodhouse comentó que haber encontrado el problema de enfoque visual en las personas con síndrome de Down había sido «sorprendente» y que descubrir lo que las lentes bifocales podían conseguir era el mayor éxito de los investigadores.

También dijo que Evie había recibido ayuda después de que su madre se hubiera puesto en contacto con este departamento y le hubieran enviado los detalles de la investigación, lo cual hizo que se le prescribieran unas lentes bifocales nuevas.

«Ella se esforzaba por escribir las letras con sus antiguas gafas, pero se nota una enorme mejoría con las nuevas».

«Tres semanas más tarde, escribió su nombre de forma espontánea por primera vez, fue realmente conmovedor».

CÓMO AYUDAN A JAMES A TRABAJAR Y A JUGAR

James Harris tiene 12 años y le gusta jugar a video juegos en su casa en Barry, en el Valle de Glamorgan, aunque no podría hacerlo sin unas gafas especialmente diseñadas para él.

Cuando solo tenía dos años los expertos de la Universidad de Cardiff lo examinaron y se dieron cuenta de que tenía hipermetropía.

James va a una escuela convencional. Sin embargo, gracias a la investigación de estos expertos, sus libros y deberes se imprimen ahora en negrita y en mayor tamaño, lo cual le permite un mejor acceso a los mismos. Además, ahora sus profesores saben que los niños con síndrome de Down presentan dificultades para leer, así que utilizan la negrita.

Además, este «planteamiento visual» incluye exámenes de la vista adaptados para él.

La madre de James, Kate, declaró que: «En este departamento son muy conscientes del perfil de aprendizaje específico de las personas con síndrome de Down y de la agudeza visual que tienen, en contraste con su escasa memoria auditiva».

«Tras muchas charlas con James y muchas instrucciones, estaba claro que un entorno clínico normal no iba a funcionar, y a algunos niños puede hacerles sentir como si se estuvieran portando mal».

Gareth Jones desarrolló problemas de vista después de los 20 años.

Es la primera vez que se otorga un Queen’s Anniversary Prize ―uno de los premios más prestigiosos del mundo académico― a la optometría.

Es un reconocimiento al trabajo realizado hasta el momento, pero el departamento de la Universidad de Cardiff quiere hacer aún más, incluyendo ayudar a uno de los primeros niños que examinaron.

La doctora Woodhouse examinó por primera vez a Gareth John cuando tenía seis meses de edad; ahora tiene 25 años.

 

Ha gozado de buena vista durante la mayor parte de su vida, hasta hace poco.

Gareth sufre de Queratocono, una enfermedad que afecta a las córneas, predominante entre las personas con síndrome de Down.

El centro se centra ahora en la detección e investigación de la enfermedad, un trabajo que, de acuerdo con su madre, Sian, de Dinas Powys, necesita un mayor respaldo por parte del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés).

Según Sian, su hijo «no podía ver los aviones en el cielo, y al entrar en una habitación podía ver a la gente, pero no distinguir quiénes eran».

«Me siento orgulloso»

«En Gales no hay ayudas sociales. Sería mejor si viviéramos en Inglaterra. Su vista se ha ido deteriorando durante los últimos tres años y medio, y al final hemos tenido que recurrir a una clínica privada».

«Maggie está descubriendo cosas acerca de la enfermedad, pero no está logrando el respaldo financiero necesario para hacer algo al respecto».

Gareth tiene la última palabra.

«Me encuentro más cómodo con mis ojos, estoy más cerca de sentirme yo mismo otra vez. Maggie es una buena persona con la que trabajar, es una mujer cariñosa y amable. Me siento orgulloso».